sábado, junio 02, 2007

Lindo ser bombero pero nos falta inteligencia emocional


Acabamos de vernos confrontados a un cierto número de situaciones, problemas de convivencia de vida de cuartel más o menos complejos. Nuestra actitud ha sido una actitud razonada, nos hemos visto obligados a concentrarnos, a ejercer nuestra facultad de pensar... Pero, en el fondo, ¿qué es el «pensamiento»? ¿Que significación o sentido se le presta a este término? ¿Qué actividades mentales se encuentran puestas en la emergencia y vida de cuartel?
Todos nosotros pensamos. La palabra pertenece al vocabulario corriente. No obstante, desconciertan estas cuestiones: la noción parece familiar, pero en cuanto se la quiere definir... La misma dificultad aparecería si nos interrogáramos sobre la naturaleza de actos psíquicos que, como el andar o respirar, se los cree elementales, siendo complejos. La práctica cotidiana no va forzosamente acompañada de una toma de conciencia. ¡Paciencia!
Poco a poco nos van viniendo algunas ideas. Reflexión, imaginación, lógica, inteligencia, razonamiento, etc., se asocian a «pensamiento» en nuestro espíritu. Pero, esta enumeración no resuelve el problema. Lo desplaza, lo remite a otras definiciones, todas igualmente difíciles. Es un verdadero ejercicio de rastreo que amenaza con arrastrarnos a un laberinto inextricable.

Intentemos la salida con la ayuda de un diccionario. Descubrimos que el pensamiento concierne a todo lo que afecta a la conciencia y que comprende todos los fenómenos psíquicos conscientes...
Seguimos moviéndonos en lo aproximativo. No carece de ironía la referencia a la conciencia para delimitar una noción tan difícil. Ya tenemos a pesar de todo, un principio de pista. Lancémonos a la investigación de todos estos fenómenos psíquicos de los que habla nuestro diccionario, intentemos proceder con método.
¿Cómo podemos identificar todas estas actividades que forman el pensamiento? ¿Cómo construir una representación de su funcionamiento que sea una ayuda real a la comprensión?
También en la primera sección teníamos que responder a distintas cuestiones, pero partíamos de un conjunto de datos conocidos que transformábamos y enriquecíamos por diversos medios sin dejar de avanzar hacia una posible so lución. Aquí nada nos es dado. Carecemos de un punto de partida para poder adoptar un método similar. Debemos encontrar, pues, por nosotros mismos esas preciosas informaciones. La materia prima nos dará la inducción de enteder aquellos que tienen poco INTELIGENCIA EMOCIONAL y provocan los problemas y comentarios de manera irresponsable.
En efecto, encontrar al espía, contar los diablos, desenredar el embrollo filatélico o examinar más detalladamente las relaciones entre los bomberos efectivos y vagos y la aritmética constituyen una muestra bastante extensa de las diversas manifestaciones del pensamiento. Un estudio detenido en este corto tiempo en mi Compañía, he visto situaciones que indican que existen personajes, autodenominados "superbomberos" que no dan soluciones para su administrales interesantes indicaciones.
Rubén Sandoval López