jueves, diciembre 20, 2007

Navidad


Claro esta que en estos tiempos contemporáneos que el materialismo sobrepasa cualquier canon tanto sentimental como moral. Ha sido tanto la necesidad de la gente de llegar a la casa con un voluptuoso y aveces excéntrico regalo que, demas decirlo, el espíritu navideño se ha quedado en los mas profundo de nuestros olvidos. Caen las mil maldiciones sobre ti, si no le entregas el regalo indicado al niñito chico, osea ha llegado a tal punto el tener un regalo en la Navidad que si no lo tienes la gente no comprende.

- "Puta el weón caga". -
- "Un chocolatito que fuera po´"
- "Tuviste todo esta tiempo pa' comprarle algo." -

Y puta, si "llegai" con algo al pendejo no le va gustar, asi que para que arriesgarse a decisiones en las que uno se puede fatalmente equivocar, pero independiente de eso a esta humilde tradición (en un comienzo) se la relaciona directamente con los tres reyes magos que le llevaron especias, inscienso, sales y otras cosas al recién nacido niño Jesús, que eran de importante valor en esos lejanos tiempos. Pero ¿se imaginan que Baltazár hubiese llegado con un Plasma de 42 pulgadas?, o ¿que Melchor le llevara un Play Station 3?, sería mucho si Gaspar le hubiera llegado con un MP4 de última generación.

Fijense a que extremo hemos llegado, nadie mandó a estos tres reyes magos a regalarle algo a ese niño, y ahora claro, es una obligación tener cajas envueltas en llamativos papeles al lado del arbolito verde que no es mas que mera copia de la tradición gringa (que extraño...). Esta bien, todos son símbolos de que estamos en Navidad, pero son símbolos publicitarios, símbolos de plastico y cartón que no hacen mas que matar el verdadero sentido y por hacerle creer a un pendejo que un viejo vestido rojo y con barba le viene a dejar esas porquerías que tanto le entretienen.

No hace falta lo material, el mejor regalo que se puede tener en esta fecha es estar en familia, todos reunidos. Los regalos no son mas que complementos a lo que es esta fiesta, pero que lamentablemente los hemos transformado en prioridad, dejando de lado el auténtico espíritu navideño y por consiguiente nos hemos preocupado mas de enriquecer a las grandes tiendas que a nuestras propias familias.

Espero que esta Navidad la pasen consecuentemente a lo que respecta el sentido navideño, independiente de la connotación religiosa que se le de, siendo cristiano o no, la familia es lo mismo, es decir, es lo mas importante.
Rubén Sandoval López